domingo, 17 de junio de 2012

EXAMEN DEL OIDO



Algunos aspectos de anatomía del oído.

El oído está formado por el oído externo, el medio y el interno.

Oído externo

Está formado por el pabellón auricular (orejas) y el conducto auditivo externo, el cual, en su tercio externo, tiene pelos y glándulas sebáceas que secretan cerumen. El segmento más interior no tiene pelos y es más sensible al dolor, lo que conviene tener en cuenta al momento de examinar.

Oído medio
 Es una cavidad llena de aire que contiene una cadena de tres huesecillos: martilloyunque estribo, que transmiten el sonido desde la membrana timpánica hasta la ventana oval del oído interno. El oído medio se comunica con la nasofaringe a través de la trompa de Eustaquio. El oído medio también se comunica con celdas llenas de aire ubicadas en el hueso mastoides.

Oído interno

Está esculpido en el interior del peñasco del hueso temporal. Está formado por:
  • la cóclea, que participa en la audición. Contiene el órgano de Corti que transmite los impulsos sonoros a través de la rama auditiva del VIII par craneal.
  • el sistema vestibular, que participa en el equilibrio. Está formado por los canales semicirculares, el utrículo y el sáculo, y está invervado por la rama vestibular el VIII par craneal.


Audición.

Los sonidos externos hacen vibrar el tímpano y esta vibración se transmite a través de la cadena de huesecillos al oído interno, en donde se encuentra la cóclea y el órgano de Corti. En esta estructura se generan impulsos eléctricos que viajan finalmente a la corteza del lóbulo temporal. Las vibraciones sonoras también pueden llegar al oído interno por transmisión directa a través de los huesos del cráneo (esto se verá más adelante al examinar la audición con un diapasón).

Equilibrio.

El sistema vestibular participa en detectar cambios de posición o movimientos de la cabeza. Cuando su función se altera se produce vértigo (con las náuseas y arcadas correspondientes) e inestabilidad. 

Examen del oído.

Oído externo

Se examinan los pabellones auriculares. La implantación normal de las orejas se verifica trazando una línea imaginaria desde el canto externo del ojo a la prominencia del occipucio: el borde superior del pabellón auricular debe pasar más arriba de esta línea (en algunos trastornos cromosómicos, la implantación de los pabellones auriculares es más baja).
El color y la temperatura de las orejas dependen de distintos factores:
  • están frías y pálidas, en ambientes fríos
  • rojas o hiperémicas, en caso de existir una inflamación
  • cianóticas, cuando existe una mala oxigenación (hipoxemia, mala perfusión)
  • Otras alteraciones, son:
  • presencia de tofos: son unos nódulos en la región del hélix (borde externo), formados por cristales de ácido úrico en pacientes con gota
  • condritis: es la inflamación del cartílago del pabellón auricular. La oreja se ve roja e inflamada
  • por el uso de aros, algunas personas desarrollan una reacción inflamatoria en el sitio de la perforación (posible alergia a metales); también se pueden presentar infecciones.
  • inflamaciones o infecciones por múltiples causas: reacción al litre, picaduras de insectos, etc.
Si se desencadena dolor al mover la oreja, podría existir una otitis externa; en cambio, si el dolor se desencadena al presionar sobre el proceso mastoides, podría tratarse de una otitis media

Otoscopía.

Es un examen para examinar el conducto auditivo externo y el tímpano. De acuerdo al aspecto que pueda tener la membrana timpánica, se puede obtener información respecto al oído medio (ej.: en una otitis media, el tímpano se ve eritematoso y abombado).
Para efectuar el examen, se usa un otoscopio, que es un instrumento con una fuente de luz y un juego de conos (o espéculos) de distinto diámetro. Antes del cono, se ubica una lente magnificadora (lupa), que permite ver mejor. Se usa el cono de mayor diámetro que calce bien en el conducto auditivo externo y se introduce con una leve inclinación hacia adelante y abajo.
Para facilitar la introducción del cono y tener una mejor visión del tímpano, se “endereza” el conducto auditivo externo traccionando la oreja hacia arriba y hacia fuera. La cabeza del paciente se inclina un poco hacia el lado contrario.
En la parte más externa del conducto se observan pelos y frecuentemente alguna cantidad de cerumen. En ocasiones el cerumen tapa totalmente la visión (tapón de cerumen). 

La membrana timpánica, en condiciones normales, se ve de color gris perlado, algo translúcida. Con la iluminación del otoscopio se proyecta sobre el tímpano un reflejo de la luz, en forma de triángulo, desde el punto medio (donde está el umbo), hacia delante. También se logra visualizar en forma tenue el mango del martillo (en el dibujo se muestra la proyección del mango del martillo, el umbo y la proyección del cono de luz, hacia delante, tratándose del oído derecho)
Al mirar la membrana timpánica, se puede encontrar:
  • un aspecto deslustrado (algo opaco) o enrojecido del tímpano, por una inflamación del oído medio
  • un abombamiento hacia el canal externo por acumulación de líquido en el oído medio
  • una succión de la membrana al colapsar el oído medio si está tapado el conducto de Eustaquio
  • perforaciones, que pueden ser secundarias a antiguos procesos inflamatorios, muchas veces ocurridos en la niñez, o como parte de una otitis aguda del oído medio
  • cicatrices de antiguos procesos inflamatorios
  • si el paciente tuviera una otitis media purulenta se quejaría de dolor (otalgia), podría escuchar menos y tener algo de fiebre. Al mirar el tímpano, se vería enrojecido, abombado, deslustrado, y no se distinguirían las referencias anatómicas habituales (el cono de luz, el mango del martillo)

Evaluación de la audición.

Si el paciente requiere que le hablen más fuerte durante la conversación, habría que pensar que la audición está comprometida. Para detectar compromisos más leves se le hace escuchar el roce de los dedos o el tic-tac de un reloj. Si se requiere una información más completa, habría que recurrir a una audiometría.
La audición podría estar afectada por:
  • compromiso de la transmisión aérea: trastorno de conducción, en el que el problema está en el conducto auditivo externo (ej.: tapón de cerumen) o en el oído medio (ej.: daño en la cadena de huesecillos).
  • daño del órgano de Corti o del nervio auditivo: trastorno sensorial.
Usando un diapasón se podría tratar de diferenciar si el defecto es de la conducción o es sensorial. Se recomiendan usar un diapasón que vibren entre 500 y 1000 ciclos por segundo (Hertz o Hz). El oído normal puede reconocer vibraciones entre 300 y 3000 Hz.



Test de Weber:

El Weber, evalúa ambos oídos a la vez, es binaural. Se coloca el diapasón en la línea media, y según que oido perciba mejor el sonido, se dará un diagnóstico:
  • Hipoacusia de percepción: el sonido se lateraliza hacia el lado sano.
  • Normal: el sonido no se lateraliza, se escucha igual por ambos oídos.
  • Hipoacusia de transmisión: el sonido se lateraliza hacia el lado enfermo.






Test de Rinne:

El test de Rinne compara la calidad de la percepción de sonido entre la transmisión mediante la vía aérea y la transmisión por vía ósea (a través del mastoides) en un sólo oído, es monoaural.
Se coloca el diapasón vibrando sobre el mastoides, a continuación, se acerca a la oreja,entonces se le pregunta al paciente, cuando ha escuchado el sonido con mayor intensidad.
Es positivo cuando la transmisión por vía aérea es mayor que la transmisión por vía ósea. Esto indica una audición normal o una hipoacusia de percepción.
Es negativo cuando la intensidad por vía ósea es mayor que la de la vía aérea. Esto es indicativo de la hipoacusia de transmisión.
Pueden aparecer falsos negativos en pacientes con cofosis.





Referencias:wikipedia.com,tratado de cirugia de sabiston,monografias.com,escuela.med.puc.cl,
Imagenes copiadas en Google,Adam.

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